¿Cómo estás en este momento?
Cansado, tenso, relajado, pesado, alegre...
¿Cómo está tu energía?
Alta, baja, no la experimentas...
¿Qué otras cosas están sucediendo?
Percibes ruidos, olores, movimientos, sensaciones, diferentes estímulos...
Te invito a transformar tu realidad (que es la de este instante):
Pon una música que te guste y te alegre y ¡baila!
O simplemente levántate y comienza a saltar, moverte, estirarte, cantar, lo que te surja hacer.
¿Cómo estás ahora?
¿Qué pasó con tu energía?
¿Qué percibes de los estímulos internos y externo?
Todo cambió, ¿no es cierto?
Como fuiste vivenciando, tu realidad es la de este instante. ¿Pensaste que, en la cultura en que vivimos, el presente es casi inexistente? ¿Una especie de “relleno” muy delgado entre el pasado y el futuro? Tú cargas con las experiencias, errores, problemas, decisiones de lo que sucedió, mientras corres ansioso tratando de planear, adivinar, adelantarte a lo que va a pasar, por si algo terrible pudiera ocurrirle a ti o a los que quieres. ¿Dónde está el presente? Ausente...
LA VIDA ESTÁ SUCEDIENDO AHORA, AQUÍ. ES UN PRESENTE CONTINUO.
La dificultad de ver lo obvio, ¿no es así? Como te fuiste dando cuenta con la respiración, la tonicidad y la actitud, estás atado a formas que incorporaste cuando eras un niño y de las que nunca tomaste conciencia. Alguien te dice algo que te molesta y te enojas o te sientes una víctima. Se produce un ruido extraño y te sobresaltas o crees que es un ladrón. Escuchas una noticia triste y te deprimes o corres a ayudar. ¿Qué es lo más adecuado en cada momento? No lo sabes. REACCIONAS, de acuerdo a tu pasado.
Cuando vives el momento (sin pensar en lo que vendrá ni en lo que hiciste), encuentras la riqueza inherente a la Vida misma. Todas las percepciones, soluciones, posibilidades, respuestas, residen en este segundo, en este cruce de cientos de inimaginables líneas de hechos y potencialidades, que tú puedes captar y llevar a la acción. Sólo con atención conciente puedes alcanzar la sabiduría del momento, sin reaccionar.
Tú puedes crecer y desarrollarte hasta el final de tus días. Sin importar tus experiencias, tu nivel social, intelectual o laboral, tus “errores” (que no existen: todo es aprendizaje; sólo tienes que darte cuenta y hacer algo distinto) o cualquier cosa que te condicione, te haga sentir inferior o carente de algo, TÚ TIENES EN CADA MOMENTO LA OPORTUNIDAD DE APODERARTE/EMPODERAR (DAR PODER) TU VIDA, CAMBIAR, CRECER, CREAR LO QUE CREES LO MEJOR PARA TI.
¿Egoísmo, egocentrismo? No. ES TU RESPONSABILIDAD. ¿Quién puede responder por ti? Nadie, sólo tú. Si haces lo que tu corazón te indica, si dejas de cerrarte y quejarte y tomas cada posibilidad que la Vida te ofrece, si vives intensamente cada momento, estarás sanando tu pasado y creando un futuro sorprendente.
Te sentirás tan bien que será un placer estar contigo y, además, estarás ofreciendo un modelo de posibilidad para los que tienes alrededor.
¿Cuál es la clave? SÉ COMO UN NIÑO, en tu actitud. ¿Acaso ellos no están llenos de confianza, energía, alegría, sabiduría, espontaneidad, imaginación, libertad, intuición?
¿Crees que perdiste estas cualidades al generar la estructura (rígida y agobiante) de tu “adultez”, al tomar la vida “seriamente”?. No, tu niño interior sigue vivo y deseoso de ayudarte a abrazar y jugar la vida, brindándote todos sus dones. Sólo necesitas que te conectes con él y que lo contengas con la estructura flexible y responsable que tú construyas... y que se conecte con el amor de tu Espíritu, siempre sano y libre.
¿Cómo hacerlo? Ya tienes los elementos básicos: RESPIRA, SIENTETE CONTENIDO Y SOSTENIDO POR LA VIDA, TEN UNA ACTITUD POSITIVA, CREADORA, ALEGRE.
PARA VIVENCIAR
· SÉ CONCIENTE DE CADA MOMENTO. Si vives en tu burbuja mental o pendiente de tus cambios anímicos, te estás perdiendo la vida, porque lo que pasó, pasó y lo que viene, no lo conoces. ¿Sabes por qué se lo llama “presente”?. Porque es un regalo. Ábrelo y desenvuelve la sabiduría, la abundancia y la alegría que contiene, como bien lo sabe tu niño interior.
· ESCUCHA TU CUERPO. Él te da toda la información que necesitas... y las respuestas. Percibe: los mínimos cambios corporales y energéticos, las posturas, los tonos de voz, los gestos, las tensiones, las enfermedades.
· RESPIRA. No te cierres a lo que sucede. Usa la respiración para atravesar cualquier momento difícil o para disfrutar más el placer.
· REGISTRA TU TONICIDAD. Toma nota de la estructura de tu esqueleto, de la flexibilidad de tu tono muscular, descarga el peso a la Tierra (¡bendita Madre!) y déjate sostener por ella.
· VIVENCIA UNA ACTITUD CENTRADA Y ARMONIOSA. Mira de frente la vida, abre el pecho, pon una sonrisa en tu rostro, extiende tus manos con amor y confianza.
· PERCIBE TU ENERGIA. Si la sientes baja, levántala respirando activamente, moviéndote, bailando, caminando, como te guste más. Y, además, percibe la energía de los demás, de los ambientes, de cada momento, de cada relación. TÚ VIVES EN UN MUNDO DE ENERGIA. Fluye con ella, déjate guiar por la Vida hacia lo mejor.
¿PARA QUE HACERLO?
¿Qué estás poniendo en práctica de lo que fuiste aprendiendo?, ¿cómo te sientes?, ¿qué cambios registraste?, ¿qué cosas han mejorado?, este aprendizaje ¿ha transformado tu concepción de ti mismo y de tu inserción en la Vida?, ¿qué estás creando a partir de ello? Estas son tus razones para hacerlo.
Alguien dijo: MOMENTO PRESENTE... MOMENTO MARAVILLOSO...
Tenlo en cuenta y dítelo con continuidad, hasta que lo vivencies totalmente y puedas disfrutar en plenitud la vida que te mereces.
ENERGIZANDO TU PRESENTE
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